29 de febrero de 2016

Mi historia de lactancia: Mª José Mérida

Y así me enfrenté al mundo... por mi hija!!!

Hace ya mucho, quizás demasiado, que no tengo el gusto de publicar una historia de lactancia, pero... aquí estamos de nuevo. Y venimos a lo grande!!! Esta historia tiene un significado muy especial para mí. Mª José y Lorena son dos personas muy especiales a las que tuve la suerte de conocer y ayudar (o al menos eso creo, jeje!!). Fue una de las primeras lactancias en las que me vi incluída y aprendí muchísimo con ellas dos, sobre todo de esa madre luchadora. Después de un parto difícil y unos días de locura en casa tuvo que enfrentarse a la hospitalización de su hija recién nacida, consejos contradictorios, separación (aunque estuvieran en la misma habitación), dudas, miedos y cansancio... Y, aún así, se enfrentó a todo y a todos por conseguir su objetivo... lo mejor para su hija en cada momento!! Consiguió iniciar una lactancia muy difícil que hoy por hoy es maravillosa y le permite conectar con su hija a unos niveles muy íntimos que tan sólo otra madre puede comprender.Desde aquí te doy las gracias por permitirme participar, aunque sólo sea un poco en vuestra historia y por enseñarme hasta donde puede llegar la fuerza de una madre. Tienes toda mi admiración y sabes que también mi cariño.Y, ahora sí... os dejo con su maravillosa historia.



MI HISTORIA DE LACTANCIA




Después de un parto de 25 horas que terminó con cesárea, pasamos tres días en el hospital. Es el tiempo mínimo de ingreso hospitalario tras una intervención de este tipo. El día que nos dieron el alta mi hija estaba un poco amarilla (bilirrubina fisiológica). 


Volvimos a casa al mediodía. Al día siguiente por la mañana fuimos a ver a Amparo y, al revisar el agarre, mi hija hacía chasquido. Amparo me recomendó hacer el "piel con piel" para conseguir el agarre natural, a ver si a partir de ese momento mejoraba y dejaba de hacer chasquidos. Otra cosa que me descubrió Amparo es que las manchas oscuras que me habian salido en los pezones eran grietas. Algo que había estado preguntando anteriormente (en el hospital y en casa) y que todo al que preguntaba decía que era normal. Mi peque cogió el pecho en cuanto llegué a la habitación. Las primeras veces que mamaba no sentía ningún dolor. Después sentía dolor solamente al comienzo del agarre, no durante el resto de la toma. 


Cuando tenía cinco días de vida, volvimos al hospital por la alta bilirrubina. Tras revisar los niveles, que eran bastante elevados, la dejaron hospitalizada. Ese mismo día había quedado en casa con Eva (asesora de lactancia) para revisar de nuevo el agarre, mirar las grietas... pero como estábamos ya en el hospital no pudo ser.


A las tres horas de estar hospitalizada en neonatos, nos pasaron a una habitación de aislamiento y descubrieron que mi peque había cogido un virus de diarrea contagioso, por lo que no podía estar con los demás bebés. Por suerte este virus no le afectó demasiado y no se desencadenó como suelen hacerlo. Me explicaron que estaba protegida por las defensas y anticuerpos que tenía gracias a que se las había pasado desde la placenta.


En la habitación me facilitaron un sacaleches para poder utilizarlo sin tener que salir. Tenía que suplementarla con mi propia leche, hacía unas tomas muy largas y era prioritario pasar el máximo número de horas al día bajo los focos de luz, ese es el tratamiento de la bilirrubina. El problema viene cuando esa leche comenzamos a dársela con tetina. Yo no estaba a favor de usarlas pero no se me ocurría otra forma de hacerlo. Fue cuando volví a contactar con Eva y ella me informó de cómo se podía dar suplemento con vasito y también con jeringuilla. 


Tras solucionar este problema surgió otro: justo el día que ya se me habían curado todas las grietas me salió una perla de leche. Un punto blanco en el pezón que me dolía al agarre y que yo tampoco sabía lo que era. Al comentárselo a Eva por el bendito Whatsaap, esta vez a las seis y pico de la mañana (en el hospital y con mi bebé recién nacida se pierde la noción del tiempo), me contestó muy rápido y me pidió que le enviara una foto. Confirmó que era una perla y además contactó con Amparo. Ella movió sus hilos en el hospital y a la mañana siguiente, en maternidad, me atendieron para hacerme un cultivo de leche y descartar que se tratara de una infección. Eva me aconsejó que comenzara a tomar lo antes posible un probiótico para evitar complicaciones con el punto blanco.


A todo esto hay que unir que con el estado de nervios por las complicaciones, no tenía mucha tranquilidad para sacarme leche, no me salia con el sacaleches y no sabía tampoco que el sacaleches no es un aparato para diagnosticar la cantidad de leche que se tiene. Al utilizarlo una y otra vez y conseguir apenas unos 20 ml, estaba convencida de que algo no iba bien. Volví a contárselo a Eva y ella me habló de la "extracción poderosa". Esto fue al cuarto día de estar hospitalizada, cuando el pediatra quería darle el alta a mi hija. Como me preguntó si yo lo veía bien, pues le dije que si no le importaba nos quedábamos otro día más en el hospital. Es cuando aproveché que disponía de un sacaleches doble para llevar a cabo "la extracción poderosa" al menos durante 24 horas. 


Por fin llegó el día que nos dieron el alta definitiva. Tengo que decir que en el hospital, en la planta de pediatría en la que estábamos, Asun me ayudó con el agarre y con las grietas. Además me dio algunos consejos que, en general, me vinieron muy bien.


Para mí fueron unos días muy, muy duros. Estaba recién parida, con cesárea y con ciática, las hormonas en revolución, mi hija en un estado bastante bueno por suerte, pero hospitalizada, amarilla y bajo un foco 24 horas..... Ni siquiera podía tener muchas visitas. Cuando volvimos a casa estaba muy lejos de ser una experta en lactancia, pero había aprendido muchísimo y, lo más importante, sabía que no estaba sola para afrontar las adversidades futuras.

Tras casi ocho meses, me he puesto a escribir mi historia de lactancia, cuando todo se ve desde otra perspectiva y con la suerte de seguir amamantando y disfrutando cada día la lactancia con mi pequeña que está creciendo a una velocidad de vértigo. Desde aquí quiero dar las gracias a todas las personas que me han apoyado en la lactancia, especialmente a Eva y Amparo que fueron al principio piezas claves de mi éxito confirmado. A todas las mamis que forman la asociación Lactancia Priego Mejor Mamar por su apoyo incondicional, desinteresado, sincero, acertado y sabio. 
¡GRACIAS!




Mª José Mérida y Lorena
Madre e hija, luchadoras hasta el fin



12 comentarios:

  1. Eva, es muy bonita y emotiva la presentación que has redactado. Mil gracias.

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  2. Eva, es muy bonita y emotiva la presentación que has redactado. Mil gracias.

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  3. Gracias a ti por compartir con todos nosotros tu difícil pero preciosa historia de lactancia. Me alegro muchísimo que al final ya haya tenido un final feliz. Os lo merecéis las dos.

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  4. Felicidades eres una super mamá... me encantó tu historia.. gracias por compartir!!

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  5. Felicidades eres una super mamá... me encantó tu historia.. gracias por compartir!!

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  6. Enhorabuena M.José!! Por haber sido y ser una mamá tan luchadora y x poder disfrutar finalmente de vuestra lactancia... Cuanto me alegró de que tengáis la mejor de las recompensas tras tanta lucha...

    Mil gracias x contar vuestra historia

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  7. Enhorabuena M.José!! Por haber sido y ser una mamá tan luchadora y x poder disfrutar finalmente de vuestra lactancia... Cuanto me alegró de que tengáis la mejor de las recompensas tras tanta lucha...

    Mil gracias x contar vuestra historia

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Gracias por compartir tu historia.Me has animado a seguir ayudando a las mamas y sus bebes.

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  10. Gracias por compartir tu historia.Me has animado a seguir ayudando a las mamas y sus bebes.A seguir luchando por ser una buena profesional. Vosotras dais sentido a mi profesión

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Siempre has sido una luchadora para todo. Historia emotiva y que me llega a lo más profundo de mi corazón con los ojos brillosos de nostalgia, cariño y satisfacción por tenerte como hermana. TQM

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